El primer secadero Tauro, que se convertiría en Biosec, nació hace casi treinta años del ingenio y la creatividad de alguien que vivía a diario la naturaleza, el campo, la huerta y el huerto. Una pasión personal se convirtió en una idea de negocio, con éxito inmediato y crecimiento continuo. Y con esa idea en mente nace hoy cada una de nuestras secadoras.

La paciente trayectoria trazada a lo largo de los años nos ha permitido convertirnos en una referencia en el sector. Años de investigación y desarrollo han dado como resultado una gama de secadores que encierra todos nuestros conocimientos. Una evolución constante que nos sigue llevando a diseñar las secadoras del mañana. Siempre centrándonos en la evolución del producto, pero manteniéndonos firmes en los valores de los que partimos.

Todas nuestras secadoras se fabrican en nuestra planta de Camisano Vicentino. Cada elemento de nuestros secadores procede de proveedores en los que confiamos absoluta y localmente.

Hemos decidido trabajar exclusivamente con socios cercanos a nosotros porque nos gusta apoyar las realidades locales y porque creemos en la colaboración y la calidad. Una calidad que desde hace treinta años se refleja en cada secador que sale de nuestra producción.